En El Rincón de Curro, al jamón ibérico lo tratamos con el respeto que merece una pieza de dehesa. Cada jamón llega tras una selección minuciosa: comprobamos curación, punto de sal y brillo de la grasa. Lo atemperamos antes del servicio para que la infiltración despierte aromas—y solo entonces entra en escena nuestro maestro cortador.

El corte es a cuchillo, fino y regular, con lonchas de unos 3–4 cm que combinan magro y grasa en su justa proporción. Trabajamos la pieza por zonas (maza, babilla, punta) para aprovechar su personalidad y mantener un sabor constante en cada plato. Colocamos las lonchas en abanico, sin amontonarlas, para que respiren y mantengan su brillo nacarado. Si hace falta, te invitamos a airear un minuto el plato: verás cómo se potencia el perfume.

Ven a verlo cortar en directo y a disfrutarlo como debe ser: a cuchillo y con mimo.
Reserva mesa o pídenos un plato de jamón recién cortado: aquí lo servimos como Dios manda.

Damos cursos de corte, pregúntanos si estás interesado/a.